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La moda de contar anticuerpos como si fuesen calorías

Antes de viajar a la costa amalfitana el mes pasado, Juhi Singh, de 46 años, quien es propietaria de un centro de salud y bienestar de lujo en el área del Upper East Side de Nueva York, empacó sus trajes de baño y dejó a su hijo de 10 años con la abuela.

Su chofer también la llevó a Sollis Healthcare, un servicio médico personalizado en Manhattan, con el fin de que le hicieran un conteo de sus anticuerpos del coronavirus. Singh recibió la vacuna de Johnson & Johnson en febrero y quería saber si su inmunidad seguía siendo buena antes de reunirse con sus amigos en un complejo turístico de cinco estrellas a orillas del mar Tirreno.

“Si no tuviera anticuerpos no saldría de viaje”, afirmó Singh. “Es estresante, pero mi conteo ha estado bien”.

A las 24 horas, le llegó un correo electrónico con los resultados: 14,8 unidades arbitrarias por mililitro. Pese a que los especialistas médicos advierten que un conteo de anticuerpos no puede decir si alguien está protegido contra el virus, de todas maneras, los pacientes les dan importancia a las cifras. “Las mías han bajado un poquito, pero sé que mi vacuna aún funciona y sigo estando protegida”, afirmó Singh.

La prueba de anticuerpos mensual o periódica se ha convertido en una práctica común entre algunos miembros de la clase pudiente que se ponen ansiosos. “Muchos pacientes y algunos de mis amigos realizan el conteo de sus anticuerpos”, comentó Singh. Se trata de los círculos del Upper East Side y de los Hamptons. En estos tiempos, es algo de lo que se habla durante la cena. Es como contar calorías”.

Los servicios médicos personalizados, entre ellos Sollis, han comenzado a ofrecer pruebas de anticuerpos como parte de los beneficios para sus clientes. “Diariamente, le realizo esas pruebas a la gente”, señaló Scott Braunstein, director médico de la clínica Sollis en Los Ángeles.

My Concierge MD, un servicio médico de lujo en Beverly Hills, California, ha instalado una caseta de servicio en el auto donde los clientes, entre ellos las celebridades y los ejecutivos de Hollywood, pueden hacerse las pruebas sin tener que bajar de sus G Wagons o Teslas. “Solo se requiere un pinchazo en el dedo”, explicó David Nazarian, quien está a cargo de la clínica. “Basta decir que, por la variante delta, en este momento están llenos los centros donde se realizan las pruebas”.

No obstante, a Arthur Caplan, profesor de Bioética en la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, le preocupa el uso excesivo de las pruebas de anticuerpos. “Los médicos que las promueven no están promoviendo una ciencia confiable”, señaló Caplan. “Creo que están poniendo en riesgo a sus pacientes porque no existen niveles de anticuerpos en los que todos estén de acuerdo”.

Algunas personas se someten a conteos de anticuerpos porque son inmunocomprometidos o viven con personas de alto riesgo. (Singh cuida a su abuela de 91 años). Otras lo hacen para tener la conciencia tranquila antes de tomar algún vuelo internacional o de asistir a una fiesta.

Otras solo desean tener más información sobre su estado de salud, algo que se ha vuelto normal en una era de aplicaciones que monitorean el estado de salud. “Nuestros pacientes son muy analíticos”, mencionó Alan Viglione, quien dirige Montecito Concierge Medicine, un proveedor de servicios de atención médica privada en Montecito, California. “Tenemos muchos pacientes que quieren conocer su cantidad de anticuerpos. Se ha puesto de moda saber cómo están tus anticuerpos”.

Los pacientes que tienen un conteo bajo de anticuerpos deciden modificar su comportamiento o sus “resoluciones de vida”, señaló Braunstein. “Tal vez decidan no asistir a esa boda. Es posible que tomen precauciones adicionales”.

Quizás algunas personas decidan ponerse una vacuna de refuerzo. Pese a que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) solo ha autorizado vacunas de refuerzo para las personas inmunodeprimidas, hay indicios de que más de un millón de estadounidenses ya han recibido terceras dosis sin ninguna autorización.

Incluso un servicio médico personalizado estaba alentando a los pacientes de alto riesgo a que verificaran sus niveles de anticuerpos antes de recibir el refuerzo, cosa que no ha recomendado ningún organismo de salud.

Hacerse o no la prueba

La realización de una prueba de anticuerpos (también conocida como test serológico) es un procedimiento relativamente sencillo. En la sangre que se obtiene mediante un pinchazo en el dedo o directamente de la vena se buscan las proteínas de los anticuerpos generados por el sistema inmunitario después de la vacunación o de haberse contagiado. Las pruebas de anticuerpos no detectan el virus y no se pueden usar para diagnosticar si alguien tiene covid.

“Es una prueba de sangre sencilla y tenemos los resultados al día siguiente porque hay muchos laboratorios grandes que las practican en todo el país”, comentó Braunstein. “No es demasiado cara. La mayoría de los seguros médicos las cubren, pero si no es así, cuestan entre 100 y 200 dólares”.

Sin embargo, los resultados ofrecen información limitada. Las pruebas actuales solo buscan anticuerpos para SARS-CoV-2, el virus causante de la covid, y no células T, las cuales tienen una participación importante en la respuesta inmunitaria del cuerpo.

Tampoco se sabe lo que implica el conteo de anticuerpos. En primer lugar, las diversas pruebas miden de manera diferente la capacidad de los anticuerpos. Por ejemplo, quizás una persona a quien Sollis le hace la prueba obtenga un conteo de 20 o más, mientras que tal vez otro laboratorio dé un resultado de 270 o más. (Alguien que no tiene anticuerpos obtendría un resultado negativo).

Una cifra más elevada no quiere decir que la inmunidad sea mayor. “No tenemos datos exactos sobre lo que significa 4 versus 15”, señaló Braunstein. “No podemos decir en concreto que, si tú tienes 9 y yo 8, tú estés más protegido que yo”.

En realidad, la FDA no recomienda que la gente use las pruebas de anticuerpos para medir la inmunidad y, de hecho, advierte sobre posibles riesgos. Tal vez la gente que obtiene un conteo alto de anticuerpos tome menos precauciones, como no usar cubrebocas, lo que podría dar como resultado que se contagie o que propague el virus. (Braunstein afirmó que “todos nuestros pacientes están al tanto de esta recomendación y se les aconseja que sigan las medidas de seguridad recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, independientemente del resultado de la prueba”).

“Es posible que les dé una sensación de falsa seguridad”, comentó Caplan, quien dirige la división de Ética Médica en la Universidad de Nueva York. “Tal vez digan: ‘Ya me hice la prueba de anticuerpos, así que no voy a usar cubrebocas’ o ‘Voy a ir al concierto porque sé que soy inmune’, lo cual en realidad no se sabe”.

A Caplan también le preocupa que la gente use el conteo de anticuerpos como un pretexto para no ponerse la vacuna de refuerzo cuando sea el momento. “Aunque tengas anticuerpos, no significa que tienes los suficientes como para combatir las nuevas variantes”, especificó.

‘¿Por qué no iba a hacerlo?’

No obstante, el conteo de anticuerpos se ha vuelto una práctica entre las personas adineradas que consideran su salud como una tarea de tiempo completo en la que ninguna prueba médica sobra, ni ningún recurso médico es demasiado caro.

“La gente lee artículos, consulta en internet, investiga y quiere hacerse pruebas”, explicó Caplan. “Pero el médico es quien tiene que filtrar la información y tranquilizarme, así que yo no gasto dinero en cosas inútiles o dañinas”.

Los servicios médicos personalizados, sostiene, casi siempre hacen lo contrario, es decir, cumplen los deseos de sus pacientes. “El problema es que cuando eres una clínica de servicio personalizado tienes que satisfacer sus demandas porque te están pagando para que hagas lo que ellos desean”, explicó Caplan.

Añadió que las personas pobres casi nunca se hacen pruebas médicas porque tienen miedo de perder su seguro médico o su empleo si el resultado es desfavorable. “Si aparece que tienes un nivel bajo de anticuerpos, de pronto puedes pensar: ‘No le puedo decir a nadie porque mi jefe no me dejará entrar a trabajar’”, comentó Caplan. “Los ricos no son castigados por saber más sobre su mala salud”.

Ese es el caso de las personas ricas que están contando sus anticuerpos.

“Con esta variante delta, quiero saber a qué atenerme”, dijo Terry Cohen, de 62 años, agente inmobiliaria de los Hamptons que trabaja con propiedades de alto nivel. “Quiero entender lo que está sucediendo en mi cuerpo”.

Cohen, que vive en Sagaponack, Nueva York, recibió dos dosis de la vacuna de AstraZeneca mientras estaba en Anguila el invierno pasado. Se sintió protegida hasta que la variante delta se disparó en julio. También se preguntaba por qué la gente de su edad en Israel se vacunaba de refuerzo si las vacunas seguían siendo eficaces, y por qué oía hablar de tantos casos en su círculo social.

Las noticias sobre el grado de protección que ofrecen las vacunas también cambiaban. “Lo que se dice el lunes hay que actualizarlo al lunes siguiente”, dijo.

Así que empezó a comprobar sus anticuerpos una vez al mes. “¿Por qué no iba a hacerlo?”, dijo Cohen. “Tenemos la posibilidad de comprobarlos, y es un buen dato para mí. Tuve muchos la última vez y me hace sentir mejor, al menos por ahora, saber que estoy protegida”.

Como cada vez hay más temor, los médicos que ofrecen servicios personalizados están brindando otras formas de evaluar la inmunidad.

Ahora, Sollis ofrece una prueba disponible a nivel comercial por 200 dólares que analiza las células T. “Esta prueba es mucho más difícil porque solo existen unos cuantos laboratorios en el país que la realizan”, señaló Braunstein. “Los resultados se reciben en un plazo de siete días, pero creemos que vale la pena”.

“He tenido dos o tres clientes que han solicitado la prueba de células T”, señaló Viglione, de Montecito. “En este momento, solo algunos laboratorios de especialidades las realizan, pero creo que más o menos en un mes serán mucho más comunes. Está de moda contar con muchos datos de carácter personal”.


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